La resonante victoria de Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales mexicanas del 2 de junio llegó después de que prometiera seguir el programa de energía de su mentor, el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador. Pero la victoria también le da un mandato lo suficientemente grande como para considerar cambiar el rumbo.
La presidenta electa se ha pronunciado a favor de las políticas estatales centristas de López Obrador, conocido como AMLO, que en los últimos seis años han revertido muchos aspectos de la apertura del mercado energético luego de la reforma de 2014.
La refinación y las emisiones han aumentado, a pesar de que la producción de crudo y gas natural ha disminuido. El presidente detuvo las subastas de derechos de producción de crudo, y algunas de sus políticas energéticas han generado quejas de Estados Unidos por prácticas anticompetitivas bajo el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá.
Según la secretaría de economía, la inversión extranjera directa en el sector de la energía cayó de $3,890 mil millones en 2018, cuando AMLO asumió el cargo, a $286 millones de inversión el año pasado.
Sheinbaum se comprometió en su discurso de victoria a promover "la inversión nacional y extranjera que respalde el bienestar social y el desarrollo regional, garantizando el respeto al medio ambiente", también prometiendo apoyar la "soberanía energética".
Pero los mercados son pesimistas sobre una mejora en el clima de inversión. El peso, una de las divisas de los mercados emergentes con mayor rentabilidad este año, cayó después de las elecciones, antes de recuperarse parcialmente dos días después.
Existen preocupaciones de que Sheinbaum use la abrumadora mayoría de su partido Morena capturada en la cámara de diputados, y cerca de conseguirlo en la de senadores, para impulsar reformas que AMLO no pudo pasar.
Una de ellas podría incluir la reversión de la reforma energética de 2014, lo que haría mucho más difícil volver a abrir el sector a más inversiones externas. En teoría, la reversión podría ocurrir bajo el mandato de AMLO, ya que el último mes de su sexenio y el primer mes del nuevo congreso coincidirán, pero el tiempo sería ajustado y hacerlo podría socavar el mandato de su sucesora.
Código verde
Pero también existen razones para pensar que la presidenta electa podría optar por el pragmatismo. Como científica climática, Sheinbaum apoyó la expansión de las energías renovables durante su tiempo como jefa de gobierno de la Ciudad de México, mientras que AMLO ha bloqueado mucha inversión del sector privado en este sector.
Sheinbaum prometió impulsar el nearshoring, que ya ha ayudado a sostener la economía de México, pero esto requerirá más electricidad limpia, así como más gas natural, en lo que México depende en gran medida de las importaciones desde Estados Unidos.
Hacer todo esto requerirá mucho más de lo que el gobierno puede hacer por sí mismo, especialmente porque se ha comprometido a continuar con el apoyo financiero para la deuda de $101,500 millones de la empresa estatal de petróleo Pemex.
Además, México se enfrenta a una grave escasez de agua a corto y largo plazo, lo que demandará mayores gastos gubernamentales y podría perjudicar el crecimiento económico. También, la violencia azota el país y el robo de combustible es creciente.
Durante su discurso de victoria, Sheinbaum prometió evitar subidas en los precios del combustible, lo que requiere que el gobierno aumente los subsidios en tiempos de precios más altos. La bajada de los precios del petróleo ha aliviado esa presión este año, pero siempre puede volver.
La refinería Olmeca de 340,000 b/d de Pemex, el muy retrasado proyecto de energía insignia de AMLO para ayudar a México a reducir las importaciones de combustible, podría comenzar operaciones a finales del año próximo, según previsiones externas, pero también requerirá de más gasto.
Un segundo mandato del presidente estadounidense Joe Biden después de las elecciones de noviembre podría presionar a Sheinbaum para impulsar el desarrollo renovable, aunque en caso de que el ganador sea el expresidente Donald Trump, podría buscar cooperación en las energías convencionales.
No está claro lo bien que Trump interactuará con Sheinbaum, pero tuvo una relación extrañamente productiva con AMLO. En los siguientes cuatro meses previos a que Sheinbaum asuma el cargo de presidente el 1 de octubre, las cosas quedarán más claras.